El empeño puesto en este proyecto refleja la creencia del arquitecto Luna de que, como proyectista, diseñar una vivienda es algo sagrado
“El cliente te entrega su confianza, su vida por tiempo indefinido, a veces años de vida en una hipoteca. Representa probablemente la inversión más grande de la vida, por lo que requiere una respuesta honesta y coherente. De ahí que me enfoco en proponerle al cliente lo que yo entiendo es lo correcto, es parte de la ética profesional, la única opción es hacerlo bien”.
Dante Luna Guerrero
La casa está compuesta por dos bloques que se intersecan, uno de ellos es de dos niveles. El primer nivel aloja las áreas sociales, que se caracterizan por una gran integración al exterior con amplias galerías, y las áreas de servicio y dormitorios de huéspedes.
En el segundo nivel se encuentran los dormitorios y la sala familiar que se conectan por un corredor abierto a modo de balcón, como en la arquitectura tradicional antillana.